Desperté con una sensación de vacío en el estómago. Cuando me giré vi que Brooke se despejaba y me
echaba una mirada ligeramente nerviosa.
—Tranquila, no te hubiese propuesto esto si no estuviese casi seguro de poder superar esta prueba. —le dije dándole un beso para tranquilizarla.
Brooke me lo devolvió y sin decir nada se fue corriendo a la ducha. Yo la seguí un par de minutos después, pero esta vez no hubo sesión de sexo, solo hubo caricias. A pesar del agua caliente y el masaje seguía notándola un poco tensa. Desayunamos rápidamente y veinte minutos después estábamos de camino al lugar del rodaje.
El lugar del rodaje era un bonito chalet de aspecto colonial en las afueras de Santa Bárbara cerca de Lavigia Hill. El lugar amplio, lo techos altos y el mobiliario minimalista facilitaba el manejo de los focos y las cámaras. Los encargados de la iluminación y los decorados habían sido más madrugadores y ya tenían casi todo preparado.
En cuanto entramos George Hill, el director, se acercó para saludarnos. Le dio un beso a Brooke preguntándole si estaba preparada y la mandó a una sala que habían habilitado como camerino y sala de maquillaje mientras alargaba la mano y se dirigía a mí con una sonrisa.
—Así que eres el novio de Brooke. Encantado de conocerte. Hay sillas por ahí, ponte cómodo, estás en tu casa.
—Gracias George, procuraré no molestar —dije yo mientras saludaba a Anne y Johnny que acababan de llegar y se acercaban a mí.
Una vez los dos actores hubieron desaparecido en la sala de maquillaje, el director me presentó a las otras tres personas que formaban el equipo de rodaje y se alejó para preparar los últimos detalles de la escena.
Ahora el que estaba nervioso e incómodo era yo. Me senté en la esquina que me pareció más discreta y pronto me sentí como el protagonista de una de esas escenas en el que una mujer folla con un desconocido mientras su marido mira. Jamás había hecho nada ni remotamente parecido y el morbo y el nerviosismo dominaban mi ánimo a partes iguales.
Quince minutos después aparecieron los actores envueltos en cálidos albornoces. Charlaban animadamente mientras echaban un vistazo al set y hacían pruebas de iluminación con el director de fotografía. Pasado un rato, cuando el cámara dio su OK, los tres actores se despojaron de sus albornoces y se dirigieron a la cama. Al parecer ya habían rodado la escena previa al sexo e iban a entrar directamente “en materia”.
Las chicas, vestidas con lencería transparente y altos tacones comenzaron a charlar mientras se acariciaban. Johnny mientras tanto totalmente desnudo hacia estiramientos y se acariciaba su enorme polla hasta conseguir tenerla semierecta.
—Bien, todos a vuestros puestos —dijo el director sentándose tras un monitor unos minutos después.
Tras el grito de acción el cámara se centro en Brooke y Anne que se habían abrazado y estaban besándose con Johnny fuera de plano. Brooke tomó la iniciativa y le desabotonó el corsé a Anne dejándola totalmente desnuda. La joven tenía un cuerpo espectacular. Sus pechos eran grandes redondos y tiesos pero sin llegar a ser exagerados. Su cuerpo era casi tan esbelto y bonito como el de Brooke pero era un poco más baja y sus piernas eran un poco más gruesas y cortas.
Brooke le dio un largo beso a Anne y acarició sus pechos con suavidad. Anne gimió mientras las manos iban bajando por su pecho y su vientre rozando su piel con suavidad.
Cuando Brooke metió las manos entre sus piernas me fijé en que su compañera, tenía el pelo púbico recortado en forma de corazón.
Con un suave empujón mi novia tumbó a Anne sobre la cama e introdujo dos de sus dedos en su sexo. Anne se estremeció y gimió un poco más fuerte. Al contrario de lo que pensaba que sería la escena no me pareció nada artificial y en poco tiempo estaba disfrutando viendo como las dos jóvenes retozaban furiosamente encima de la cama.
Tras un par de minutos Brooke sacó los dedos del interior de Anne y se puso encima de ella de modo que su muslo encajase en el interior de las piernas abiertas de Anne. Brooke comenzó a moverse lentamente mientras su amante le abría el sujetador y acariciaba los pezones haciendo que estos crecieran hasta adquirir el tamaño y la forma de dos fresones jugosos. Las dos actrices se volvieron a besar gimiendo excitadas.
En ese momento, a un gesto del director, Johnny entró en escena, estaba totalmente desnudo y fingía secar su abundante melena como si acabase de salir de la ducha. Al verlas fingió sorpresa y estuvo observando cómo los cuerpos de las dos jóvenes se frotaban el uno contra el otro con lujuria antes de acercarse y acariciar el culo de Brooke.
Arrodillándose el hombre separó los cachetes de mi novia y comenzó a comerle el coño mientras Brooke continuaba explorando el sexo de Anne con sus manos. Los gemidos de las dos mujeres se volvieron más intensos y yo refrené el impulso de revolverme incómodo en mi asiento.
Tras unos segundos Brooke se retrasó de modo que su cabeza quedó entre las piernas de Anne y la mitad de su cuerpo fuera de la cama.
Incorporándose, Johnny separó un poco más las largas piernas de Brooke y acaricio el interior de su muslos tensos y realzados por los tacones mientras ella seguía lamiendo y mordisqueando el sexo de Anne.
Johnny cogió su polla y comenzó a restregarla contra el culo y el sexo de Brooke hasta que la tuvo dura como una piedra. Tras unos segundos en los que se dedicó a juguetear rozando los labios mayores y el clítoris de Brooke haciéndola gemir con una palabrota, le metió la polla en su coño hasta el fondo de un solo empujón. Brooke levantó la cabeza de la entrepierna de Anne para soltar un largo gemido. En ese momento Brooke me echó un rápida mirada cargada de ansiedad a la que yo respondí acomodándome la erección y guiñándole un ojo.
Más tranquila Brooke se concentró en su trabajo y volvió a masturbar a Anne mientras Johnny le agarraba por las caderas y comenzaba a penetrarla con su hambrienta polla una y otra vez a un ritmo bestial.
Pocos segundos después Anne comenzó a mover la pelvis cada vez más aceleradamente contra la boca de Brooke hasta que estalló en un monumental orgasmo. En ese momento Johnny apartó a Brooke y penetró a una aullante Anne sin contemplaciones. Johnny había abierto las piernas de Anne y la había colocado ambos lados de su cabeza haciendo que sus pubis chocasen produciendo un aplauso húmedo ante la salvaje cabalgada del hombre. En pocos segundos los dos actores estaban cubiertos de sudor y Brooke chupaba los pezones de una Anne que estaba a punto de correrse de nuevo.
En pocos minutos la actriz perdió por completo el dominio de su cuerpo y se convulsionó presa de un placer incontrolable.
Dándole un respiro Johnny se apartó y se tumbó sobre la cama. Brooke se acercó a él y tomó la polla del actor entre sus manos. Era grande y estaba recorrida por gruesas venas. Brooke la acarició con suavidad. Levantándola mi novia acercó la boca al miembro y recorrió toda su longitud desde los huevos hasta el glande con la punta de su lengua. Cuando terminó abrió su boca y se metió un tercio del pene en ella haciendo que todo el cuerpo de Johnny se estremeciera.
El hombre aguantó como un campeón mientras Brooke chupaba y lamía el miembro con glotonería ensalivándolo a conciencia. Tras unos minutos más de tortura Brooke se sentó a horcajadas, se metió la polla hasta el fondo y comenzó a moverse con ella en su interior alternando el sube y baja con lentos movimientos circulares.
En ese momento Anne volvió a entrar en escena y sentándose sobre el pecho de Johnny y frente a Brooke comenzó a besarla y acariciarla.
Tras unos minutos Johnny tiró de las caderas de Anne hasta dejar su sexo a la altura de su boca. Al notarlo la joven empezó a mover su pelvis como una abeja mientras chupaba los jugosos pezones de Brooke con todas su fuerzas.
La escena se mantuvo así casi cinco minutos hasta que Anne tuvo un nuevo orgasmo y se retiró agotada.
En ese momento Brooke se inclinó y besó la boca de Johnny rebosante de los jugos orgásmicos de Anne.
Con un movimiento rápido Brooke se dio la vuelta y se volvió a ensartar con la polla de Johnny esta vez mirando directamente a la cámara.
La imagen de Brooke totalmente abierta con sus pezones erectos y su sexo inflamado me resultó tan excitante como perturbadora. El actor, ajeno a ello, agarró a a la joven por las caderas y comenzó a penetrarla a un ritmo salvaje haciendo que sus huevos golpeasen con fuerza el pubis de la joven que incapaz de moverse se limitaba a gemir y jadear. Tras unos segundo Anne se unió a ellos pellizcando y retorciendo los pezones de Brooke y besando y acariciando el clítoris totalmente expuesto de mi novia.
Segundos después mi novia estaba corriéndose con un largo gemido. El director cerró los puños en señal de victoria y les indicó por señas que era el momento de la escena final. El cámara cortó la grabación y los actores jadeantes tuvieron tiempo de beber un poco de agua, secarse una parte del sudor y retocar el maquillaje antes de adoptar la postura final.
A una indicación del director las chicas se colocaron a cuatro patas sobre la cama una al lado de la otra y el cámara comenzó a grabar.
Johnny comenzó a penetrar los dos coños alternativamente a un ritmo cada vez más rápido hasta que Anne se apartó y se puso delante de Brooke de forma que con cada empujón de Johnny la lengua y la nariz de Brooke se estampasen en el coño de Anne. Durante un largo rato los tres follaron en esa postura como si no hubiese un mañana hasta que Brooke se derrumbó atenazada por un segundo orgasmo.
Johnny que al parecer aun le quedaba marcha, se ensalivó la polla y penetró en el estrecho culo de su novia. Al contrario de lo que me esperaba entró poco a poco mientras Anne exageraba el dolor que le producía aquella penetración quejándose y arañando desesperadamente las sábanas.
Brooke se acercó y comenzó a masturbar a Anne de manera que pronto los quejidos fueron sustituidos por gemidos de placer. Minutos después Anne volvía a correrse aunque Johnny continuó un poco más hasta que con un par de gruñidos se apartó y dando apenas tiempo a que las dos actrices se tumbaran bajo él se masturbó unos segundos más y regó su cuerpos con una abundante corrida.
La escena terminó con las dos actrices jugueteando con el semen de Johnny aun caliente y dando algún que otro lametazo a su polla palpitante.
—¿Qué tal lo has llevado? —preguntó Brooke acercándose a mí mientras se limpiaba el cuerpo con una toalla.
—Mejor de lo que esperaba, aunque me ha resultado un poco perturbador verte follar con otras personas, no he sentido celos, que era lo que más temía. ¿Y tú?
—Al principio estaba un poco nerviosa pero luego…
—Te has metido en el papel y te has olvidado de mí. —le interrumpí yo— Supongo que eso significa que tu trabajo no va a ser un obstáculo.
—¡Estupendo! —exclamó ella con una sonrisa— ahora veamos qué puedo hacer con eso de ahí abajo —dijo palmeando suavemente mi polla erecta y tirando de mí hacia el improvisado camerino.
Una vez dentro Brooke me arrinconó contra la pared y me bajó los pantalones.
—Brooke, esto no es necesario. —dije yo fingiendo que no deseaba follarla en ese momento con todas mis fuerzas.
Brooke no me hizo caso e interrumpiendo mi discurso con un beso se arrodilló y se metió mi polla en la boca.
Con un largo suspiro le di a entender lo mucho que lo necesitaba. Con una sonrisa se sacó mi pene y comenzó a lamerlo y mordisquearlo hasta ponerme frenético. Incapaz de resistir mas aquella tortura cogí su cabeza y le metí la polla hasta el fondo de la boca. Brooke mantuvo mi miembro alojado en su garganta mientras yo empujaba suavemente con pequeños movimientos de mi pelvis hasta que tuvo que apartarse para aspirar una larga bocanada de aire.
A continuación volvió a meterse mi polla y la comenzó a chupar cada vez más rápido hasta que no pude contenerme más y eyaculé en el interior de su boca con un largo gemido.
—Dios —fue lo único que acerté a decir mientras Brooke apuraba hasta la última gota que quedaba en mi interior con sonoros chupetones.
Mucho más relajado salí del camerino y dejé a Brooke dándose una ducha. En ese momento el director se acercó un poco ansioso, seguramente temeroso de que le arrebatase una de sus mejores actrices.
—Bueno, ¿Qué te ha parecido? —dijo el director ofreciéndome una cerveza.
—Interesante, no me lo imaginaba así. Pero no tienes de que preocuparte, ya le he dicho a Brooke que independientemente de lo que pase con nuestra relación, nunca le voy a obligar a dejar este trabajo, no soy lo suficientemente…
—¿Cómo hemos estado?—Nos interrumpió Anne acercándose recién duchada y con el albornoz ligeramente abierto para provocarme.
—Esplendidas, tú te retorcías como una anguila—respondí yo echando un vistazo de cerca al pubis depilado en forma de corazón — ¿De veras tienes esos orgasmos tan descomunales?
—Sí, aunque cuando estoy trabajando depende del compañero y a veces finjo un poco. —dijo Anne con una sonrisa traviesa—espero que este secretillo no te corte el rollo la próxima vez que veas una peli mía.
—Descuida, soy un hombre, en cuestión de orgasmos somos facilísimos de engañar.
Continuamos charlando animadamente con unas cervezas en la mano y observé como un par de técnicos cambiaban los focos de sitio sacándolos a la terraza parecía que la siguiente escena iba a ser sobre una hamaca. Iba a preguntar si iban a rodar alguna escena más pero en ese momento llegó Mark despejando mis dudas. En cuanto nos vio a Brooke y a mí juntos un leve gesto de contrariedad se reveló por un instante en su cara.
—Hola Mark ¿Dispuesto para ir al tajo? —pregunté yo ofreciéndole la mano amablemente.
—A eso vamos, —dijo el apretándomela un poco más de lo necesario— ¿Ha llegado ya Ginny?
—No, aun no está, pero ya sabes que ella ya viene maquillada, —dijo George— ve a maquillarte y ya verás como cuando salgas estará aquí esperándote.
—Maldita cría —dijo Mark mientras se acercaba refunfuñando.
—En fin, creo que deberíamos irnos. —dije yo sabiendo que era en parte el motivo del enfado de Mark.
—De eso nada— insistió George —Tienes que ver a Mark en directo es un espectáculo.
Intenté resistirme pero al final, entre todos, Ginny incluida, me convencieron para que me quedara. Me senté en una hamaca con Brooke acomodada en mi regazo justo al lado de lugar donde el director había dispuesto el monitor para seguir la grabación.
Ginny se desnudó y rechazó el albornoz que un ayudante le ofrecía. Se dirigió al borde de la piscina y separó las piernas y extendió los brazos cerrando los ojos disfrutando de los rayos vespertinos.
Era una mujer realmente bella. Aparentaba dieciocho o diecinueve años y era de complexión menuda, tenía una piel pálida y cremosa salpicada por una miríada de pecas, unas piernas finas y unos pechos grandes pero redondos y juveniles con unos pezones rosados y pequeños.
A pesar de ellos, de su culo respingón y su cara de muñeca, lo que más llamaba la atención en la chica era su melena espesa y de color rojo fuego. Mismo color que lucía en su entrepierna donde era obvio que se había depilado la vulva dejando que el pelo creciese salvaje en el resto de su pubis semejando un incendio.
Ginny me miró y jugueteó con la mata de pelo rojo sonriendo satisfecha por la atención que ponía en ella.
—Te estoy viendo —susurró Brooke a mi oído.
—No me digas que eres tú la que está celosa—repliqué yo con recochineo.
—No, pero me hace gracia la atención con la que la miras.
—Tengo que confesarte que las pelirrojas son mi debilidad. Es la mezcla de singularidad, magia y misterio que las envuelve lo que me atrae…
Mi conversación se vio interrumpida cuando llego Mark vistiendo unas Bermudas que no podían disimular el tamaño de su herramienta.
Mark se acercó a Ginny y le dio un beso en los labios a modo de saludo. Mientras los actores charlaban y se relajaban un poco yo le pregunté a Brooke como iba a ser la escena pero con un gesto ella me dijo que mantuviese silencio y observase.
A una señal de el director Ginny se metió en el jacuzzi desnuda mientras Mark se salía del plano.
—¡Acción! exclamó el director poniendo la cámara en marcha.
Tras unos segundos se vio que Mark hacia el papel de padre o padrastro que pillaba a su hija adolescente desnuda en el jacuzzi. El hombre empieza a abroncarla pero Ginny con una sonrisa maligna se incorpora mostrando al hombre sus pechos grandes y blancos y metiendo la mano por una de las piernas de la bermuda con la intención de acariciar la polla a Mark.
Mark muestra su turbación con bastante solvencia pero no se mueve del sitio mientras su miembro va creciendo poco a poco hasta quedar totalmente erecto.
Mark se muestra totalmente superado por las circunstancias y es la jovencita la que toma la iniciativa y le baja el bañador a su “padre”. Ginny abre los ojos verdes y grandes mostrando una expresión mitad sorpresa mitad placer al ver aquella polla grande y dura como una piedra, recorrida por gruesas venas color purpura.
Con precaución aparta el prepucio y acerca los labios al glande dándole un beso largo y suave con sus labios grueso y rojos.
Mark suelta un ronco suspiro pero se queda quieto como una estatua con los puños cerrados y la mandíbula crispada.
Solo cuando la joven abre la boca y se mete en ella la punta de su polla, Mark reaccionó acariciando su cabello pelirrojo.
La polla de Mark parecía una gigantesca anaconda que se retorcía en las delicadas manos de la chica y entraba y salía con rudeza de su boca. Con fascinación y un toque de horror casi podíamos ver como el pene de Mark hacia relieve en la boca y la garganta de Ginny cada vez que Mark empujaba.
Con un movimiento rápido y brusco Mark sacó a Ginny del jacuzzi como si fuese una pluma y dándole la vuelta en el aire separó sus piernas y acercó aquel coño en llamas a su boca.
La joven a su vez se agarró con las dos manos al miembro de Mark y empezó a chuparlo y lamerlo con dedicación. La boca de Mark se cerró sobre el sexo de Ginny con violencia y la jpvem soltó un fuerte gemido parcialmente velado por la polla de Mark. Este no le dio tregua y comenzó a chupar y a lamer el pubis y el sexo de la menuda pelirroja con tal intensidad que creíamos que se la estaba comiendo de verdad. Durante unos segundos Ginny soltó el pene de Mark y se dejó caer disfrutando de aquella boca que amenazaba con devorarla.
Tras unos segundos más Mark volteó a Ginny como si se tratase de un juguete y la depositó sobre la hamaca. El cámara se acercó haciendo un primer plano del sexo de ginny con el pelo rojo alborotado los labios de la vulva hinchados y abiertos y el pequeño botón del clítoris expuesto al aire. Ginny abrió las piernas sin pudor y con una sonrisa nada inocente se acarició la zona con suavidad al principio para ir aumentando poco a poco el ritmo de sus caricias hasta el punto de que si Mark no le hubiese apartado, la joven se hubiese corrido en cuestión de segundos. Ginny se intentó resistir pero Mark se lo impidió con facilidad obligándola a retirar sus manos e inclinándose sobre ella con su polla totalmente erecta.
Ginny no se amedrentó ante la visión de aquel pollón acercándose a ella y puso las manos tras la cabeza abriendo las piernas con un gesto despreocupado.
Fingiendo exasperación Mark se acercó a la joven y cogiendo su polla entre las manos le dio un golpe en el clítoris con ella. Ginny se dobló y gimió como si una chispa eléctrica hubiese recorrido su cuerpo . La joven aun sentada abrió la boca para protestar, pero fue entonces cuando Mark le metió su miembro hasta el fondo de la garganta y cogiendo ala joven por el cabello comenzó a bombear dentro de ella.
Ginny acomodó aquella gigantesca herramienta como pudo en su boca mientras su cara normalmente pálida, adquiría el color de la grana debido a la falta de aire. Finalmente Mark apartó la polla de la boca de la joven que respiró con ansia varias bocanadas de aire con su delicado rostro rojo y surcado por gruesos lagrimones.
Esta vez no protestó cuando el hombre la empujó sobre la tumbona y se colocó sobre ella frotando con brusquedad la punta de su polla contra la vulva de ella. Mark no se entretuvo demasiado con el jueguecito y guiando la polla con su mano derecha fue metiendo poco a poco su polla en aquel estrecho coño de aspecto virginal. La joven gritó y gimió pero Mark siguió empujando lenta pero inexorablemente hasta el fondo del coño de la joven.
—Impresionante, ¿Eh ?— Me susurró Brooke al oído viendo mi cara de sorpresa al ver como la gigantesca polla de Mark desaparecía dentro de Ginny en su totalidad.
—¿Como cojones puede meterse todo eso ahí dentro? ¿Es algún truco de magia? ¿Cuando Mark saque la polla la va a tener atada a una ristra de pañuelos de colores?
Brooke tuvo que morderse la mano para evitar la carcajada mientras restregaba excitada su culo contra mi entrepierna simulando adoptar un apostura más cómoda.
Yo me coloqué el paquete y seguí mirando como Mark follaba a la joven haciendo que todo su cuerpo se estremeciera con cada andanada. Ginny acompañaba los bestiales empujones con gemidos cada vez más intensos hasta que no pudo contenerse más y se corrió.
Al percibir el cuerpo tenso y los largos gemidos, Mark la cogió en el aire como si fuera una pluma y pasando sus brazos bajo las piernas de la joven, se la folló mientras gritaba asaltada por un orgasmo que no parecía terminar nunca.
Cuando los gritos de Ginny se extinguieron Mark la soltó otra vez sobre la hamaca.
Sin dejar de mirar a Mark se dio la vuelta y se puso a cuatro patas sobre la tumbona jadeando y meneando suavemente el culo. Mark no se hizo de rogar y le metió la polla con tal fuerza que pareció que se la iba a sacar por la boca. La joven aguantó como pudo el empeñón y mantuvo la postura a duras penas. A continuación Mark la atrajo hacia sí y pasando las piernas a ambos lados de la tumbona la envolvió con su cuerpo mientras la penetraba ahora con más suavidad a la vez que el cámara alejaba un poco el plano para poder grabara la impactante imagen de un hombre de más de uno noventa rodeando por entero el cuerpo de una jovencita de apenas uno sesenta y cuarenta y cinco quilos de peso.
Mark ajeno a la cámara siguió entrando y saliendo suavemente de la joven a la vez que acariciaba sus caderas, estrujaba sus pechos y retorcía sus pezones . Los gemidos y los jadeos se hacían cada vez más intensos y anhelantes . Mark deslizó sus manazas y agarrando a la joven por el cuello y fingiendo apretárselo con todas sus fuerzas la penetró cada vez más rápido hasta que la joven estalló en un nuevo orgasmo.
Sin darle tiempo a recuperarse el hombre volteó a la chica sobre la hamaca y se exprimió la polla unos segundos más hasta derramar el contenido de sus testículos sobre la cara de Ginny.
El cámara se acercó de nuevo captando con exactitud los chorreones del cremoso semen de Mark mancillado el rostro arrebolado de la joven.
—¡Buf! —exclamó Ginny— qué energía. Creo que no me voy a poder sentar en dos días.
—Pues da gracias que no te tuve que dar por el culo —Replicó Mark dando unas palmaditas a su trabuco como si fuese una mascota que ha hecho un buen trabajo.
—¡Siempre tan fino ! —dijo la joven riendo y secándose el sudor de Mark de su cuerpo con una toalla— ¿Qué tal si vamos a Jerry´s? Necesito dos cervezas, una para mi boca y otra para mi coño, creo que echa humo…


más de lo que pensaba. A Brooke le pasó lo mismo, pero en ese momento estaba dormida como una piedra. Me levanté en silencio y me dirigí a la cocina. Desayuné y fui al salón para ver la tele un rato mientras esperaba que ella se levantase.
El marido es dueño de una constructora en crisis, al mediodía su secretaria entra en su despacho y él se la folla, entre tanto la esposa quiere darle una sorpresa a su marido trayéndole el almuerzo y lo sorprende en pleno trajín.
En la última escena, se ve a la protagonista con su ex reunidos con dos hombres hablando de negocios y porcentajes hasta que en determinado momento su ex se ve obligado a marcharse mientras la protagonista tiene una escena de sexo salvaje, con doble penetración incluida, con los dos hombres.
Con cara comprensiva le ayudé a levantarse, le di unas palmadas en la espalda y le acompañé a la puerta. Antes de largarse me dio un abrazo y se despidió entre lágrimas.
Estaba a punto de asentir automáticamente cuando ella me miró. En los siguientes minutos se impuso un incómodo silencio que interrumpí preguntando que les apetecía cenar. Al final nos decantamos por pedir unas pizzas aunque James me hizo prometer, no sabía sí en broma o en serio que al día siguiente le haría una paella.
Brooke ya tenía preparada una montaña de tortitas. El rodaje había concluido así que teníamos dos semanas libres por delante.
avellanas frente al espejo. A pesar de que ya no era una jovencita seguía sintiéndose orgullosa de su cuerpo. Sus ojos seguían siendo grandes, de un verde azulado intenso y sin arrugas o bolsas bajo ellos. Su cutis era fino y terso, su nariz pequeña y recta y sus labios gruesos y suaves. Se los repasó con la lengua mientras levantaba su espesa melena negra con sus manos.
Su flamante esposo entró en la habitación portándola en sus brazos para a continuación depositarla suavemente sobre las sábanas.
De repente Jack le mordió con fuerza el lóbulo de la oreja, Tara abrió la boca para quejarse pero entonces se dio cuenta de que tenía toda la longitud de la polla de su esposo en sus entrañas. El dolor se pasó en un instante sustituido por los relámpagos de placer que irradiaban desde su coño haciendo que su cuerpo entero hirviese de deseo.
Acababa de poner el vino en el decantador cuando el desconocido apareció por la puerta. El chándal le quedaba algo justo, ciñéndose a su cuerpo potente y musculoso como una segunda piel, haciendo que Tara no pudiese evitar admirarlo y sentir un pequeño chispazo de deseo en sus entrañas.
Cuando se dio cuenta estaba devorando la boca y el cuello del hombre mientras le quitaba la ropa hasta dejarlo totalmente desnudo. Sin vacilar un solo segundo se arrodilló y cogió la polla del hombre entre sus manos. Era gruesa y a pesar de estar erecta estaba sorprendentemente fresca como el resto de su cuerpo.
compañero Juan tenía la espalda hecha un ocho y se pasaba más tiempo de baja que trabajando, así que las había pasado de todos los colores con los sustitutos, pero al ver a Tito, tan sonriente como siempre, no pudo evitar un suspiro de alivio.
Comieron en un restaurante de carretera un menú bastante escaso y volvieron rápidamente al coche deseando llegar a casa cuanto antes.
Encogiéndose de hombros se dio la vuelta esperando que el hombre la acosase con la típica palabrería, pero simplemente se quedó a su espalda dominándola con su presencia. Marina se agarró a la barra mientras sentía el cálido aliento del hombre rozar su oreja y se maldijo por haberse quitado los tacones.
A continuación sintió como las manos de Noel acariciaban sus medias y resbalaban poco a poco hacia arriba recogiendo y levantando la falda de su vestido a su paso. Lentamente sintió como el hombre iba tirando hacia arriba de su vestido sacándoselo por la cabeza hasta dejarlo arrebujado en torno a su muñecas. De nuevo la presencia del hombre se diluyó y se sintió en ese momento más desnuda que nunca. Consciente de que su ropa interior casi transparente apenas cubría su intimidad.
Marina abrió la boca dócilmente y dejó que el miembro de Noel la invadiese aun recubierto por el semen y sus propios jugos orgásmicos. Sin capacidad para hacer otra cosa se limitó a chupar y lamer la polla de su amante respirando solo cuando él se lo permitía.
que soy diputada y portavoz de mi partido necesito que le dé un poco de lustre a mis ideas. He seguido su carrera en internet y estoy convencida de que eres el hombre que necesito. Sabes que no puedo pagarte mucho, somos un partido modesto, pero estoy convencida de que te sentirás a gusto con nosotros.
Terminé todo el trabajo y le envié la declaración para que la revisara. Cuando me dio el O.K. abandoné mi cuchitril y me fui a estrenar la cantina del congreso. Al ver el precio de los cubatas entendí lo del accidente de tráfico. Con el estado subvencionándote el setenta por ciento del precio de la copa hasta yo tuve la tentación de cepillarme cuatro o cinco antes del almuerzo.
Con un movimiento que trató de parecer lo más natural posible adelanté mis brazos y pasé mis manos con suavidad sobre sus piernas. Sus gemelos acalambrados se relajaron casi instantáneamente a mis caricias.
El teléfono de Rosa era un artefacto con más botones que la estación espacial y no os extrañará que al pasarle la llamada, aún no se cómo, no se cortó la línea en mi teléfono. Estuve a punto de colgar pero como era el secretario de estado de energía temí que al colgar se cortase la comunicación así que opté por no hacerlo.
Marta estaba frente a mi levantando la cabeza para poder mirarme a los ojos. Tenía las ventanas de la nariz dilatadas y respiraba con fuerza, enfadada. Se levantó y yo la empujé de nuevo contra el sofá. Sus piernas chocaron contra él y se agarró a mí para mantener el equilibrio.
La siguiente en incorporarse fue Marta. Esta vez el presidente fue menos agresivo en sus respuestas y se notaba que trataba de responder a las preguntas de la diputada con más paciencia intentando convencerla y atrayéndola hacia sus puntos de vista. Marta levantaba la mirada con frecuencia hacia mí y yo procuraba mostrar una actitud lo más neutra posible. No quería darle pistas de lo que le esperaba a continuación. Cinco minutos antes de que terminara la sesión abandone el hemiciclo y me fui a casa.
fresa con los labios gruesos y rojos le daban un aire de inocencia infantil que me confundió totalmente.
Mientras dudaba que hacer, la joven había bajado los pantalones y los calzoncillos al notario y le estaba chupando los huevos con fuerza a la vez que pajeaba suavemente su polla. El hombre se recolocó las gafas y gimió un poco más fuerte mientras recogía la negra melena de la joven para poder ver mejor su cara al tenue resplandor de las luces de emergencia.
Era un día de bochorno y aproveché el calor de la tarde para tender una lavadora en la terraza comunal de la azotea. Tendía la ropa rápidamente deseando terminar y alejarme de aquel sol de justicia cuando ella llegó con un balde rebosante de ropa en la mano y me saludó. Estaba tan arrebatadora como siempre. Llevaba puesta unos pequeños pantaloncitos vaqueros un top rosa y unas sandalias.
Me acerqué y ella abrió sus piernas dispuesta a acogerme. Admiré sus pies pequeños y delicados sus pantorrillas y sus muslos. Mis ojos recorrieron hambrientos su sexo hinchado y entreabierto como una boca ansiosa de la que rezumaba una lágrima de líquido cálido y cristalino.

Querido hermano:
La moral está muy alta en el campamento y entre todos se ha establecido una relación de hermandad y camaradería que nunca había experimentado. Me siento como si estuviese en una gran familia, con el sargento instructor Cummings haciendo de tía solterona y con malas pulgas, quejándose constantemente de nuestra torpeza.
El gilipollas se mordía los dedos para no gritar mientras mi exnovia chupaba y lamía hasta que unos instantes después el tipo no se podía controlar y apartaba su polla justo a tiempo corriéndose sobre los pechos de Mary Jane.
Querido hermano:
Los hombres lanzaban sus sombreros al aire y nos vitoreaban mientras que las jóvenes salían de entre la multitud y se nos colgaban del cuello, abrumándonos con sus perfumes, besando nuestras mejillas y regalándonos flores. Nuestro cansancio y nuestro mareo se esfumaron sustituidos por una intensa sensación de orgullo. Nos pavoneamos y machamos ante la gente con una sonrisa de satisfacción que no nos cabía en la cara.
El lugar era un pequeño Chateau a las afueras del pueblo. Por fuera parecía un tanto ajado, las paredes tenían manchas de humedad y el jardín estaba desatendido, pero cuando entramos en el interior todo cambió. Los dorados y los lujosos oropeles adornaban las estancias dándoles un aire de sutil decadencia.
No esperé más y me levanté. Separé las piernas de la mujer, admirando el vello rojo que cubría su pubis antes de penetrarla. Didiane gimió suavemente y sonrió mientras yo me movía torpemente en su interior. Me incliné, besé sus pechos y exploré su boca invadiéndola con mis vapores alcohólicos. Ella no dio ninguna muestra de incomodidad sino que me abrazó amorosamente sin dejar de sonreír.
Querido hermano:
Los recibimos con un enérgico fuego de ametralladoras y artillería ligera que les detuvo a poco más de sesenta metros de nuestras líneas. Estaban intentando reorganizarse cuando Jessie, un tipo de la cuarta compañía, le acertó a uno de los bidones de uno de los portadores de los lanzallamas haciéndolo explotar y originando el caos en sus filas. Finalmente se retiraron dejando un par de cientos de muertos detrás. Era nuestra primera victoria. Estábamos vitoreando y cantando el himno cuando la artillería alemana volvió a disparar cubriendo la retirada de sus hombres. Uno de los proyectiles cayó en nuestra trinchera. A pesar de caer a más de treinta metros la onda expansiva me levantó del suelo y me lanzó contra la pared del refugio.
Dos horas después empecé a sentir una ligera sensación de incomodidad, como si tuviese arenillas en los ojos y un poco más tarde empezaron a hinchárseme los parpados hasta que finalmente se me cerraron totalmente y no pude ver nada.
— Gracias, enfermera. Esto está mucho mejor. ¿De dónde es, enfermera Dawkins? —pregunté intentando distraerme mientras colocaba unos apósitos y me vendaba los ojos con habilidad.
Ella se sentó a mi lado y cogió mi mano. Noté que estaba húmeda y temblaba ligeramente. Estaba buscando las palabras.
El fino tejido de mi pijama no pudo ocultar mi considerable erección y ella retrasó sus caderas hasta que nuestros sexos estuvieron solo separados por dos finas capas de tela. Lisa se movió con suavidad sobre mi polla. Su respiración se aceleró y yo levanté mis caderas para hacer más íntimo el contacto.
que había en la cabina. Las luces de cientos de botones se encendían y apagaban aunque apenas les hacía caso después de haber hecho por segunda vez la lista de comprobación. Sabía que el ordenador se encargaría de todo, así que trató de relajarse a pesar de que, tal como le habían dicho los instructores, aquella experiencia no se parecería en nada a todo lo que había estado entrenando durante más de seis años.
La gigantesca bestia cargada con varias toneladas de material comenzó a alzarse, primero poco a poco, como no queriendo despegarse de la tierra, luego cogió velocidad hasta que la aceleración hundió a Fen en el fondo de su asiento. La astronauta notó como el aire escapaba de sus pulmones y un punto negro aparecía, creciendo poco a poco en el centro de su campo visual. Intentó mover una mano, pero la aceleración era tan fuerte que ni siquiera los nueve meses de entrenamiento intensivo le permitieron separarla del asiento.
La joven se giró pero no dijo nada y sonriendo se quitó el resto del traje mostrando una figura menuda y atlética que se movía en ausencia de gravedad con sorprendente fluidez para ser una novata.
Terminaron el tour en la cabina de mandos. Al igual que todas las naves espaciales tenían un montón de botones de colores aunque casi todos ellos se activaban automáticamente sin la intervención de sus pilotos.
Al llegar a los bambúes Fen extendió los brazos y se agarró a uno de los troncos que se dobló y se bamboleo pero resistió sin problema el impacto.
puntera de sus botas. Lady Godiva trotaba a su lado, tan rápido como lo permitían sus cortas patas, olisqueando aquí y allá y tirando obstinadamente de la correa extensible.
Eve sintió como la mano libre de su agresor tanteaba su cuerpo, acariciaba su espalda, subía por ella y tiraba de su pelo corto para girar su cabeza y darle un largo lametón que iba desde el cuello, por su mandíbula, hasta el canto del ojo.
El hombre se acercó y levantándole una pierna le metió la polla hasta el fondo. Eve sintió el pubis de él chocando violentamente contra el suyo cada vez que el miembro de su agresor entraba con un golpe seco.
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las que piensa un hombre cuando no tiene un cigarrillo o una copa en la mano y cuando dobló la esquina se encontró con el hocico de un rottweiler a menos de cinco centímetros de su pierna. Jorge pegó un respingo y se apartó del perro que gruñó sordamente como si estuviese pidiendo espacio.
—Bueno, —dijo mirando al reloj— me temo que se me ha acabado el tiempo. Todos los días vengo aquí a tomar el café media hora más o menos, así que si quieres acercarte por aquí podré invitar a Clyde a tomar un piscolabis. Todavía no me ha contado ninguna de sus travesuras. —dijo golpeando suavemente la cabeza del perro y levantándose tras dejar unas cuantas monedas en la mesa.
Los bancos estaban bien para comer, pero eran bastante incómodos así que Jorge sacó una manta y le propuso sentarse sobre el césped. Encontraron un gran roble y se sentaron con Clyde siempre entre ellos. Charlaron de todo un poco y admiraron como la luz de sol se reflejaba en el agua. Los insectos y las motas de polvo pasaban ante su ojos arrastrados por el viento.
Por un momento, mientras contaba su historia, las palabras que le decía Jero una y otra vez habían cruzado su mente: “no vales nada” “¿Quién te va a querer más que yo?”
Jorge la besó con suavidad saboreando el tabasco y la Coca Cola. Sintiendo como la lengua de Vero se debatía entre devolver el beso y gritar pidiendo auxilio.
El orgasmo no tardó en llegar colmándola de placer y obligándola a retorcerse atravesada por miles de relámpagos mientras Jorge se agarraba a ella y seguía acariciándola incansable.
El despertador sonó como siempre, a las siete de la mañana. Laura se levantó de la cama, aun no despierta del todo. El camisón resbaló por su cuerpo y se colocó en su sitio después de una noche dando vueltas en la cama. Le encantaban las navidades, pero ojalá tuviese un pelín más de dinero para poder celebrarlas como merecían. Pablo había crecido y necesitaba una silla de ruedas nueva y con su sueldo y Luís en el paro, ella solo podía pagar la hipoteca y atender las necesidades básicas con su sueldo.
La boca de Julia subió por el tronco de su polla mordisqueando y lamiendo con suavidad, haciendo que Luís tuviese que morderse los labios y retorcer las sábanas para ahogar los gemidos de placer. Sin piedad, tiró de la piel que cubría el glande y lo besó con suavidad. El cuerpo de su marido se crispó un instante y sus abdominales se contrajeron involuntariamente.
Arturo le devolvió una sonrisa torcida por toda respuesta. Aun después de quince años de matrimonio Elena seguía tratándole como si fuera un niño.
El día había sido largo pero provechoso. Elena se desmaquilló y poniéndose un camisón negro que Viola le había preparado sentó en la cama con el Ipad a mano y el canal Bloomberg en la televisión. Por un instante se le pasó por la cabeza hacer una visita a su marido, pero a las dos de la madrugada seguramente ya estaría dormido así que cambió de opinión y decidió echar un vistazo a sus inversiones.

Elena dormía profundamente cuando un suave tintineo comenzó a escucharse en la lejanía. Al principio no se dio cuenta, pero el ruido fue creciendo hasta que el inconfundible estruendo de unas cadenas arrastrándose por el suelo de su piso la despertó.
Se agarró a la cama pensando que nadie lograría moverla de allí y menos una niña, pero la pequeña no realizó ningún gesto violento. Simplemente se acercó y rozó su brazo con la mano. Inmediatamente, todo a su alrededor se convirtió un violento y oscuro remolino hasta que Elena perdió toda conciencia de dónde estaba.
Mordiéndose los labios para no dejar traslucir sus deseos, Elena siguió balanceando sus caderas hasta que finalmente Arturo se rindió y le suplicó. Elena, con una sonrisa se inclinó hacia adelante ligeramente lo justo para coger la polla de su amante e introducirla en su coño. La sensación de placer y plenitud fue tan intensa que casi le cortó la respiración. Con lentitud comenzó a subir y bajar por aquel ardiente poste a la vez que jugaba con su melena y exhibía su cuerpo ante la mirada velada por el placer de su novio.
Elena llegó a la oficina aun con una sensación rara recorriendo su cuerpo. Julia le estaba esperando. Antes de darle la agenda del día le recordó que su vuelo para Chicago salía en poco más de veinticuatro horas. Se sentó tras su escritorio y con un gesto invitó a Julia a retirarse.
Así y todo, cuando llegó, eran más de la una de la mañana. Tratando de no pensar en nada se duchó, se puso un camisón limpio y se metió en la cama. La única manera de convencerse de que todo aquello no era más que un mal sueño era dormir y comprobar que no habría nuevas visitas aquella noche.
La prostituta sabía lo que hacía. Gemía suavemente mientras Arturo la follaba y deslizaba sus manos por su cuerpo. Parecía que iban a continuar así para siempre, pero en un determinado momento la joven se separó y tomando la iniciativa comenzó a comerle la polla. Los ruidos de los chupetones y el golpeo de la polla de Arturo en el fondo de la garganta de la puta le devolvieron a Elena a tiempos en los que sentía la intensa necesidad de proporcionar placer a su marido.
Cuando llegó a la oficina y la vio desierta, sin Julia por ninguna parte, se sintió un poco desnuda y estuvo a punto de arrepentirse de haberle dado el día libre. Se acercó a la mesa y observó como la joven le había dejado todos los documentos que necesitaría en Chicago pulcramente ordenados en una carpeta. Ojeándolos pudo imaginar lo tarde que habría llegado a casa anoche.
—Era un luchador. —dijo de repente un anciano que debía de ser su abuelo— A pesar de que nunca pudo disfrutar de los mejores cuidados, nunca se quejó ni pareció mostrar ninguna señal de desaliento.
Elena intentó oponer resistencia, pero César la fue empujando inexorablemente hasta que se despeñó por la grieta. Elena cayó entre la multitud de brazos anhelantes que tiraban de su cuerpo arrancándole la ropa con gritos desgarradores. Elena se cubrió la cabeza con las manos intentando protegerse del intenso calor, pero nada podía evitar que el fuego de la avaricia la consumiese…

La princesa Leia, aliada con la causa rebelde en contra del malvado Emperador Palpatine, tras una cruenta batalla, consigue robar los planos de la estrella de la muerte.
Aquel hosco silencio y la mirada dura de la joven despertaron algo en él, algo que no sentía desde hacía mucho tiempo. Quizás fuese el parecido con su ya casi olvidada Padme. Perdida de una forma absurda. ¡Perdida porque él no pudo mantener su promesa! Perdida por culpa de aquel maldito Obi Wan Kenobi que le metió absurdas ideas en la cabeza…
La polla de Darth Vader comenzó a crecer y endurecerse al mismo ritmo hasta alcanzar un grosor y tamaño considerables.
LEIA ENTRE ASTEROIDES
El doble cañón laser escupió una ráfaga que acertó a uno de los cazas imperiales en pleno centro. La explosión fue tan brusca y cercana que Leia tuvo que cerrar los ojos para no quedar deslumbrada. Un instante después llevada por un nuevo impulso abrió los ojos y apretó de nuevo el gatillo arrancando de cuajo una de las alas de otro Tie Fighter que se alejó dando tumbos sin control hasta estrellarse con un pequeño asteroide unos par de segundos luz más allá.
En ese momento vio a su derecha un gran asteroide con un agujero en el que cabía la nave. Solo hizo falta señalárselo a Luke para que este diese un largo rodeo detrás de otros dos planetoides para salir del campo visual del destructor y maniobrando con elegancia girar la nave ciento ochenta grados y meterse en el oscuro agujero.
Por fin aquel paleto campesino de Tatooine reaccionó y levantándola en volandas la penetró. La polla de Luke llenó su sexo embargándola con un placer indescriptible. Agarrándose a su cuello comenzó a balancear sus caderas mientras el joven hundía la cara entre sus pechos lamiendo y mordisqueando su piel.
Huyendo de la flota imperial Han Solo, Chewbacca, Luke Skyewalker y Leia Organa llegan a la base rebelde en Yavin.
Ya estaba empezando a mosquearse. Aquel hijoputa estaba empeñado en dejarla en pelotas cada vez que la veía. Poniendo la cara de mayor desprecio posible observó impotente como se acercaba y comenzaba a acariciar su cuerpo, utilizando la Fuerza para excitarla contra su voluntad.
Durante unos minutos más estuvieron maltratando sus genitales hasta que no pudieron contenerse más y se corrieron llenando sus agujeros con su cálido semen. En ese momento el acolito retiró la capucha que cubría su rostro y con horror pudo ver la cara de su hermano… o lo que quedaba de él.
Con un empujón lo apartó y se puso en pie. Con lentitud se fue bajando el camisón hasta quedar totalmente desnuda. Han Solo se quedó observándola embobado y ella, consciente de que en cuestión de horas le pediría que arriesgase la vida por él, se esforzó al máximo. Se contoneó ante él mientras deshacía las trenzas dejando que una espesa mata de pelo que le llegaba hasta la cintura se derramase sobre su pálida piel.
El contrabandista jamás había experimentado nada parecido. La suave y oscura melena de la joven acariciaba su miembro haciéndole sentir un placer desconocido. Bajo aquella espesa capa de pelo la princesa cogió su verga y comenzó a masturbarle usando su pelo como si fuese un suave guante.